Letra del poema A Aníbal Troilo

  • Letra de Héctor Gagliardi

Este es el poema difundido en el programa de radio "La noche con amigos" de Lionel Godoy, durante programa de homenaje al siempre recordado Pichuco Troilo.

:Pichuco, soy yo tu bandoneón el que te habla, :Aníbal Carmelo Troilo (Pichuco) de Soler y Gallo. :Soy ese mismo que cuando pibe me llevabas :al cine de Corrientes y Medrano, :Yo soy aquel que compró tu vieja :con los pesos que guardaba en el ropero, :y por ella más triste fue mi queja :cuando estrenamos "Alma de bohemio". :Soy ese mismo que al lado de tu cama dormía :en tus tiempos de soltero, :Doña Felisa entraba y te tapaba, y a mí también :por ser tu compañero. :Después un ángel te besó en la frente, :ese mismo que llevás en tu sonrisa, :te aplaudieron las luces de Corrientes :y tus tangos se oían como en misa. :De tus manos pasé a las de Paquito, :¡no sabés con que orgullo me llevaba!, :pero yo, perdoname Pichuquito, :el calor de las tuyas extrañaba. :Y después vino otro fuelle más diquero, :mi sonido ya lo sé no era muy puro, :y yo lo comprendí, porque te quiero. :Pero lloré de pena te aseguro, :y a tu lado quedé, quedé como un recuerdo, :añorando tus sueños, los ensayos, :como quedó tu pieza de soltero :allá en la casa de Soler y Gallo. :Ya ves cuantos momentos deshojamos :en este mano a mano de recuerdos, :Tanta lucha por llegar, pero llegamos, :y tu nombre en el tango será eterno. :Será eterno lo afirmo con orgullo, :porque sigo compartiendo tu tristeza, :porque sigo escuchando al lado tuyo :el frasear que golpea tu nobleza. :Y te hablo así porque yo, yo fui el primero :que tus dedos de tigre acariciaron, :Ya lo se, que estoy viejo y soy fulero, :pero en esta te juro que matamos. :Y arriba "Pichi" que te sobra cuore, :sacame a través del apoliyo, :Hacé de cuenta de que vino "Fiore", :y tenemos que ensayar un estribillo. :Soy yo , yo tu bandoneón el que te habla, :Aníbal Carmelo Troilo (Pichuco) de Soler y Gallo, :Por el tango que es el alma de tu alma, :en tus brazos llevame al escenario


por Adrian Blanco